Rodrigo Arriagada Zubieta – Hotel Stiges

a cura di Juan Arabia
in collaborazione con Buenos Aires Poetry
traduzioni di Mattia Tarantino

Hotel Sitges, secondo libro di Rodrigo Arriagada Zubieta (Viña del Mar, Cile, 1982), è un poema critico, ermetico e profetico. Realizza alcune idee che il genere, negli ultimi anni, ha gradualmente messo da parte: l’impegno, cioè, ideologico ed estetico. Oltre a queste sfumature, che contribuiscono all’opera e alla formazione dell’autore, c’è un’altra componente: si tratta del rapporto dialogico che Rodrigo Arriagada Zubieta instaura con altri poeti e artisti (Rimbaud, Lihn, Baudelaire, Hopper etc.). Consapevole di essere un poeta sudamericano e di vivere una stagione della Spagna accademica, l’esperienza del maledettismo viene esercitata sotto due aspetti: uno ufficiale e paludoso, che appartiene piuttosto alla tradizione; un altro più localizzato e specifico, che risulta pertanto personale e doloroso.

Hotel Sitges, segundo libro de Rodrigo Arriagada Zubieta (Viña del Mar, Chile, 1982), es un poemario crítico, hermético y profético. Y cumple con dos ideales que el género habría dejado de lado en los últimos años, de forma gradual y paulatina; esto es, un compromiso ideológico y estético. Además de estos matices, que juntos empujan sobre el proyecto y formación misma del autor, existe otro componente que enriquece al género. Se trata de la relación dialógica que Rodrigo Arriagada Zubieta establece con otros poetas y artistas (Rimbaud, Lihn, Baudelaire, Hopper…). Consciente de ser un poeta sudamericano, y viviendo una temporada en la España académica, el malditismo experiencial se ejerce entonces desde dos vertientes: una oficial y pantanosa, que pertenece más bien a la tradición; y otra más localizada y específica, que resulta por tanto más personal y dolorosa.

In epilogo al secolo XX

Stavamo per guadagnarci il nostro spazio, poeti,
non era questione di letteratura
ma di geometria.
Dovevamo misurare la terra,
prendere a uno a uno, sotto pressione, il nostro spazio
come cadaveri ammucchiati in fosse comuni
e non dare mai un nome
alle diverse lapidi,
esistere come i morti che ridono della polvere
e mantenere il passo conquistato per ascoltare
la voce del futuro.
Stava per essere eretta un’intera città,
forse non domani, più tardi,
quando una voce accesa sulla vita
avrebbe avuto pietà della boscaglia.
La luce sarebbe arrivata da un altro po’ di silenzio,
da un tremore che avrebbe lottato per spezzarsi;
non era necessario gridare al vento
che ci avrebbe inesorabilmente cancellati
dietro una fitta nebbia.
Avremmo dovuto lasciare il destino immacolato,
stupirci per quanto avevamo costruito,
arrenderci agli occhi senza coinvolgere
il corpo, il gesto e la voce,
allontanarci dal rumore
e dal fervore delle città.
Non c’era bisogno di cambiare il mondo
ma scrivere capitoli
a margine per i figli a venire,
nascondersi nell’anonimato
semplicemente descrivendo
il volo di una farfalla
accecata da una stella
che sapeva la luce
l’avrebbe ridotta in cenere.

Epìlogo al siglo XX


Estuvimos a punto de ganarnos el espacio, poetas,
no era asunto de la letra
sí de geometría.
Había que medir la tierra,
ocupar uno a uno, a presión, su lugar
como cuerpos arrinconados en fosas comunes
y no dar nunca nombre
a lápidas distintas,
existir como los muertos riéndose del polvo
y conservar el paso ganado para oír
la voz del futuro.
Por erigirse estaba una ciudad entera,
acaso no mañana, más tarde,
cuando se encendiera una voz sobre la vida,
apiadándose de la espesura.
La luz vendría de otro poco de silencio
de un temblor que lucharía por trizarse;
no era necesario gritar al viento
que nos borraría inexorablemente
tras una niebla espesa.
Había que dejar en blanco el destino,
sentir estupor por la belleza de lo construido,
abandonarse a los ojos sin involucrar
el cuerpo, el gesto y la voz,
alejándose del ruido
y del fervor de las ciudades.
No había que cambiar el mundo,
había que anotar en los márgenes
capítulos para los hijos venideros,
ocultarnos en el anonimato
y simplemente describir
el vuelo de una mariposa
enceguecida por la estrella
a sabiendas que la luz
la convertiría en cenizas.

Stiges Hotel


Per dormire subito
dovrei separarmi sognando
dai miei sogni.
Ogni notte provo a ritrattarmi
e al mattino mi assento di buon’ora
davanti allo specchio.
Puntuale: il vuoto meschino di sempre
si maschera a forza di evitare altri disaccordi
come se qualcuno mi avesse rubato la buona notte
stanco del rigoroso lutto di pensare
in una malattia sospetta.
Quant
prende il corpo che profuma della propria
morfina quando il tempo scompare
e ore dopo appare
durante l’eclissi un unico colore.
Le mie solitudini mi abitano
come buchi nelle corde della forca,
infermieri senza urgenza
Cenerentole a mezz’ombra
di una danza senza fine
nella stanza bianca,
il mio letto è un cerchio che gironzola
nel cortile degli allocchi
abbastanza scuro
e tuttavia luminoso lucernario
sotto la noiosa cupola del paradiso.
I morti mi aspettano
come la buona novella
che in tutti provoca un terrore inesplicabile.
Aspetta vegliando
l’eutanasia senza dolore
e io sono la vita, la vita insopportabile…
Una matassa di cavi senza ossigeno.
Respirazione artificiale
in assenza di suicidio.

Hotel Stiges

Para dormir de una vez
tendría que separarme oníricamente
de mis sueños.
Cada noche ensayo la retractación de mí mismo
y en la mañana me ausento a primera hora
frente al espejo.
Puntual: el mezquino vacío de siempre
se enmascara a fuerza de evitar otros desencuentros
como si alguien me hubiese quitado el buenas noches
cansado del luto riguroso de pensar
en una enfermedad presunta.
Cuántos baños de anestesia
toma el cuerpo aromatizado en su propia morfina
cuando desaparece el tiempo
y comparece horas más tarde
un solo de color durante el eclipse.
Me habitan mis soledades
como agujeros en las cuerdas del patíbulo,
enfermeras sin urgencia
cenicientas a media sombra
de un baile interminable
sobre el salón blanco,
mi propia cama un merodeo rutinario
en el patio de los locos
lo suficientemente a oscuras
y, sin embargo, luminoso tragaluz
bajo la tediosa cúpula del cielo.
Espérenme en pie los muertos
como a la buena nueva
que provoca en todos un pavor inexplicable.
Aguarden en vela
mientras se aprueba sin dolores la eutanasia
y yo sea la vida, la insoportable vida…
Un imbroglio de cables sin oxígeno.
La respiración artificial
ante la ausencia de suicidio.

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